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Marc Márquez vuelve al trono de MotoGP

Foto: AP
Foto: AP

Marc Márquez llegó a Japón con la presión de quien sabe que tiene una oportunidad única. El piloto español, acostumbrado a dominar MotoGP durante años, enfrentaba esta vez la exigencia de no cometer errores en una temporada que lo había devuelto a la cima del campeonato. En Motegi aseguró el título al cruzar la meta en el segundo lugar, detrás de su compañero Pecco Bagnaia, y rompió en llanto tras confirmar un regreso que hace poco parecía imposible.


Su carrera dio un giro inesperado desde aquel accidente en Jerez de la Frontera en 2020, en plena pandemia, cuando sufrió una fractura del húmero derecho que lo alejó de las pistas durante largo tiempo. Fueron tres años fragmentados entre operaciones, recaídas y dudas sobre su futuro. Apenas pudo correr poco más de la mitad de las carreras en ese lapso y llegó a plantearse seriamente el retiro. Nada garantizaba que volvería a competir al máximo nivel.


La situación con Honda complicó aún más el panorama. La moto dejó de ser competitiva y Márquez dejó de sentirse seguro sobre ella. Intentó impulsar cambios dentro del equipo, pero la mejora nunca llegó. En 2024 tomó una decisión arriesgada: renunció al contrato millonario con la marca japonesa y apostó por Ducati, incluso sin sueldo fijo, con tal de recuperar sensaciones y volver a luchar por victorias.


Su llegada al equipo Gresini fue una apuesta personal y familiar. Compartió box con su hermano Álex y volvió a subirse al podio con frecuencia. Cerró ese primer año con triunfos, actuaciones destacadas y la confirmación de que su talento seguía intacto. Eso lo llevó a ser elegido por Ducati para el equipo oficial, desplazando a Jorge Martín, un movimiento que generó debate pero que el tiempo terminó validando con resultados.


La temporada actual lo vio recuperar autoridad. Sumó victorias en carreras largas y sprints, y llegó a Japón dominando el campeonato con claridad. Bagnaia, que había sido la figura de Ducati en años anteriores, quedó relegado ante el crecimiento del español. Con el título en Motegi, Márquez alcanzó su séptima corona en MotoGP y la novena de su trayectoria, igualando al histórico Valentino Rossi en el total de campeonatos mundiales.


Con 32 años, el piloto reconoce que atravesó momentos límite y que su mayor error fue intentar volver demasiado rápido tras la lesión. Hoy habla de paz consigo mismo y del valor de no haberse rendido. Su consagración en Japón no solo representa un título más, sino la confirmación de que puede seguir compitiendo al más alto nivel después de haber estado al borde del adiós. Marc Márquez está de regreso y con margen para seguir escribiendo historia.


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