top of page
Fenix White F.png

Conoce a la selección que vuelve a un mundial después de 28 años

Foto: Getty Images
Foto: Getty Images

Escocia vivió una noche que quedará grabada para siempre en la memoria de su fútbol. En un Hampden Park repleto y encendido, la selección logró derrotar 4-2 a Dinamarca y aseguró su clasificación directa al Mundial 2026, algo que no conseguía desde Francia 1998. Lo hizo además con un dramatismo absoluto, en un duelo cambiante, frenético y con uno de los goles más impresionantes de toda la eliminatoria.


El partido comenzó de la mejor manera para el equipo de Steve Clarke. Apenas a los tres minutos, Scott McTominay sacudió el estadio con un golazo de chilena que puso a Escocia 1-0 y llenó de ilusión a la afición. Con esa ventaja temprana, el equipo local manejó el ritmo del encuentro, presionó alto y complicó a un Dinamarca que mostró dificultades para asentarse.


Sin embargo, los daneses empezaron a crecer y encontraron su premio. Tras revisar una acción en el VAR, el árbitro determinó penal y Rasmus Højlund lo transformó en el 1-1 a los 57 minutos. La igualdad duró poco, pero no necesariamente por buenas noticias para Escocia: solo cuatro minutos después, Dinamarca sufrió la expulsión de Kristensen, lo que cambiaría el desarrollo del partido. Aun con uno más, Escocia no encontraba claridad, y en ese desorden apareció nuevamente Dinamarca para golpear. Dorgu aprovechó un enredo en el área para marcar el 2-2 y dejar al estadio en silencio por unos segundos.


La tensión se mantuvo hasta el tramo final, donde Escocia mostró el corazón que la ha caracterizado esta eliminatoria. A los 78’, Lawrence Shankland empujó un balón tras un tiro de esquina para el 2-1 parcial, pero Dinamarca reaccionó de inmediato y volvió a empatar. El encuentro parecía destinado al sufrimiento total.


Ya en el tiempo añadido, y cuando el reloj marcaba 90+3’, Kieran Tierney tomó un rebote fuera del área y clavó un zurdazo rasante para el 3-2. Hampden Park explotó. Aun así, seis minutos de adición parecían condenar a Escocia a un cierre angustiante. Pero la historia tenía guardada su mejor página.


A los 90+8’, Kenny McLean protagonizó la jugada que pasará a las repeticiones eternas: lideró un contragolpe desde la mitad de la cancha, tuvo dos opciones de pase, pero decidió rematar directo desde el círculo central. Su disparo, preciso y sorpresivo, superó a un adelantado Kasper Schmeichel para firmar el 4-2 definitivo. Un golazo monumental que no solo cerró el partido, sino que devolvió a Escocia al Mundial después de 28 años.


Con este triunfo, los escoceses se suman a los clasificados directos de Europa, mientras Dinamarca deberá buscar su cupo en el repechaje de marzo. En Glasgow, en cambio, todo es fiesta. El sueño mundialista vuelve a ser una realidad.


Comentarios


bottom of page