Tensión, polémica y fuego cruzado, así se vivió el clásico entre Real Madrid y Barcelona
- Lorena Machado
- 28 oct
- 2 Min. de lectura

En un duelo que prometía espectáculo y terminó dejando más preguntas que respuestas, Real Madrid venció 2-1 al FC Barcelona en el Estadio Santiago Bernabéu en el que asistió un público cargado de tensión. Más allá de los goles de Kylian Mbappé y Jude Bellingham para el conjunto merengue, y del descuento de Fermín López para el Barça, el gran protagonista de la noche fue el joven Lamine Yamal, quien terminó en el ojo del huracán.
Días antes del partido, el joven de 18 años volvió a estar en el centro de la atención mediática. Durante una transmisión en vivo en redes sociales, Lamine Yamal lanzó comentarios irónicos sobre el Real Madrid, afirmando que “roban, se quejan, la última vez en el Bernabéu fue 0-4”. Lo que parecía una broma entre seguidores terminó desatando una tormenta, las declaraciones se viralizaron, encendieron a la afición merengue y pusieron un ambiente de revancha antes incluso de que rodara el balón.
Desde el pitazo inicial, el ambiente fue hostil para el extremo culé. Cada toque suyo era recibido con abucheos en el estadio, y su actuación fue más discreta de lo habitual. Vinícius y Carvajal lo anularon por completo, dejándole poco margen para mostrar su talento. Al finalizar el encuentro, la tensión se desbordó, Carvajal se acercó a Yamal para recriminarle sus palabras, lo que desató un fuerte cruce entre varios jugadores de ambos equipos. La policía y miembros del cuerpo técnico tuvieron que intervenir para calmar los ánimos.
Fuera de la cancha, las imágenes del altercado se viralizaron y avivaron la polémica. Algunos defendieron la juventud de Yamal y pidieron más protección mediática para los jugadores emergentes, mientras otros lo señalaron por falta de madurez y responsabilidad. Desde el Barça, Frenkie de Jong salió en su defensa asegurando que “no dijo lo que todos interpretan” y que el debate se había exagerado.
El triunfo dejó al Real Madrid consolidado en la parte alta de la tabla, pero el foco sigue en lo extradeportivo. El clásico dejó goles, tensión y una nueva muestra de cómo un simple comentario puede incendiar un partido con historia. Lamine Yamal, llamado a ser el futuro del fútbol español, vivió una noche que le recordará que en un Clásico no solo se juega con los pies, sino también con la cabeza.







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