El combate que prometía romper récords y terminó en polémica
- Lorena Machado
- 7 nov
- 2 Min. de lectura

La pelea entre Jake Paul y Gervonta Davis, que iba a celebrarse el próximo 14 de noviembre en el Kaseya Center de Miami, ya no verá la luz. Most Valuable Promotions (MVP), la promotora detrás del evento, anunció oficialmente la cancelación del combate, que sería transmitido por Netflix y había generado gran expectativa entre los fanáticos del boxeo y el entretenimiento deportivo.
La decisión se tomó tras conocerse una nueva demanda civil en contra de Gervonta Davis, presentada por su exnovia Courtney Rossel, quien lo acusa de agresión, privación ilegal de la libertad y secuestro, además de causarle angustia emocional de manera intencional. El caso, que ahora avanza en los tribunales, forzó a la promotora a suspender cualquier actividad relacionada con el púgil estadounidense.
La noticia sorprendió tanto a los seguidores de Davis como a los de Jake Paul, el youtuber convertido en boxeador, quien había utilizado sus redes para promocionar el evento como “una noche histórica para el boxeo moderno”. En cuestión de horas, la cancelación se volvió tendencia y abrió un debate sobre los límites del espectáculo cuando los problemas legales entran en juego.
Desde Most Valuable Promotions explicaron que la decisión busca preservar la integridad de la marca y de los involucrados. “Nuestra prioridad es mantener la transparencia con los fanáticos y actuar con responsabilidad frente a los acontecimientos recientes”, indicó la promotora en un comunicado.
Por ahora, el futuro de ambos peleadores es incierto. Mientras Jake Paul analiza nuevas opciones para su regreso al cuadrilátero, Gervonta Davis enfrenta un proceso judicial que podría impactar seriamente su carrera deportiva. Lo que estaba pensado para ser un espectáculo global terminó convertido en un recordatorio de que, en el boxeo, no todo se resuelve sobre el ring.







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